El único Rambo que me gustó es el de la primer película, porque ha diferencia de las que le siguieron tenía una visión crítica sobre la guerra de Vietnam y la poca o ninguna asistencia que el gobierno de EU le dió a quienes pelearon en ella.
Los boinas verdes convirtieron a Rambo en una máquina de matar ante la duda, mata, y terminada la guerra lo dejaron abandonado a su suerte. Rambo no puede adaptarse a la vida civil, quedó afectado psicológiacamente por lo que padeció en la guerra [torturas, la muerte de un amigo en un atentado]. Llega al pueblo buscando a un compañero de su unidad y el comisario lo acusa de vago y potencial delincuente. En este contexto la violencia de Rambo esta plenamente justificada, pese a lo cabreado que está no quiere matar a sus oponentes, y la escena final donde se quiebra, llora y se desahoga frente al tipo que lo entrenó le da al personaje un toque humano que no tiene en las siguientes películas.
Rambo i es una de tantas películas que pretenden hacernos creer que 20 años después de terminada la guerra los vietnamitas aún tenían prisioneros en campos de concentración. En la primera mitad de la película Rambo descubre que el tipo que le asignaron como compañero de misión es un traidor porque tiene un arsenal de armas soviéticas, una pifia grande cómo una casa. Si un comando de boinas verdes o cualquier otra unidad de élite de EU tiene que operar clandestinamente en Vietnam, Latinoamérica o cualquier otro escenario del tercer mundo lo más lógico es que usen el mismo armamento que sus adversarios, por dos razones:
1- Si usan armas que solo usan las fuerzas militares de EU, dañan a civiles accidental o deliberadamente y son capturados, los EU no pueden negar que los enviaron, pero si usan el mismo armamento que las fuerzas locales, que en la mayoría de los casos es el fusil de asalto AK47, los EU pueden lavarse las manos diciendo que son mercenarios.
2- En caso de necesidad puedes aprovechar la munición capturada al enemigo.